La pedagogía humanista se desarrolló a principios del siglo XX por necesidad a un nuevo enfoque en la pedagogía institucionalizada y profesional, esto generó modificaciones en la práctica educativa acorde a la realidad social, es decir, a nuevos tiempos, nueva pedagogía. Se trata de una pedagogía basada en el pensamiento crítico y la razón, así como en los valores que tiene cada persona para construir y compartir, es decir, se implementa el concepto de “hacer haciendo”.
Autores como Wilhelm Dilthey, Herman Nohl, Theodor Litt, Eduard Spranger, Max Frischeisen-Köhler y Georg Kerschensteiner, Wilhelm Flitner, Erich Less, Otto Friedrich Bollnow y Fritz Blättner coinciden en que el ser humano a partir de un presupuesto social se desenvuelve a nivel axiológico (Úcar Ventura, 2022). Desde este enfoque pedagógico, la inclusión es un concepto fundamental para su comprensión porque la comunidad educativa forma un sistema único para todos.
Desde el punto de vista de la pedagogía crítica, la pedagogía humanista requiere poner en cuestionamiento sobre el conocimiento, lo cual es necesario para transformar la condición de vida de las personas. En la obra de Freire se resalta que la educación, además de ser un proceso de formación, también es un proceso humanizador; este autor en la pedagogía crítica destaca que los roles docentes y alumno son muy específicos y que requiere el segundo del primero para salir de su ignorancia.
Estudiar no es un acto de consumir ideas, sino de crearlas y recrearlas.
Freire, (2003:53).
Pedagogía humanista y la actitud frente al mundo
La práctica educativa puede cambiar de acuerdo a la percepción social de cada individuo, esto varía de acuerdo con la preparación que tenga cada uno a nivel intelectual y sociocultural. Para Freire (2000:4), esto genera una desigualdad en diferentes aspectos, pero el individuo tiene la oportunidad de cambiar dicha desigualdad con los procesos formativos.
Siempre que hay contacto con otro hay aprendizaje, pero cuando se conoce el significado de los símbolos gramaticales, una puerta nueva se devela, el camino de ser siempre lo mismo se abre en infinidad de veredas, de posibilidades, el acto de leer, de ser alfabetizado para Freire es la llave de la libertad.
Becerril Bonilla, (2017).
El ser humano es una entidad en constante transformación, sujeto a las repercusiones de sus elecciones, ya que se define continuamente, moldeando su identidad después de cada acto. En consecuencia, es imperativo que el individuo se eduque de manera continua con el fin de alcanzar su pleno desarrollo como ser humano.