Educación bancaria

La educación bancaria es uno de los temas que se abordan en la pedagogía del oprimido de Paulo Freire. En esta se toma en cuenta el discurso y disertación.

Los alumnos son sujetos receptores pasivos de la educación, es decir, el razonamiento y trabajo intelectual no se desarrollan por los estudiantes.

El representante de esta educación es el docente, destacando que lo mencionado por el profesor es lo único aceptable. En numerosas ocasiones, el educador mismo no está al tanto del papel que juega en la extensa cadena de subyugación, donde simplemente forma parte de un eslabón más.

Otro de los elementos que en este tipo de enseñanza es el uso de la memorización mecánica del contenido. Esto facilita la manipulación de los opresores debido a que se enseña solamente lo que requieren para ser moldeables y no para fomentar el pensamiento crítico.

En vez de comunicarse, el educador hace comunicados y depósitos que los educandos, meras incidencias, reciben pacientemente, memorizan y repiten. Tal es la concepción ‘bancaria’ de la educación, en que el único margen de acción que se ofrece a los educandos es el de recibir los depósitos, guardarlos y archivarlos. Margen que solo les permite ser coleccionistas o fichadores de casos que archivan.

– Paulo Freire, (1968 citado por Jiménez Ávalos, s.f.).

Esta educación bancaria tiene un balance entre el saber y la ignorancia, en donde el docente es quien tiene la última palabra y los alumnos son quienes solamente absorben la información que les brinda el profesor sin haber cuestionado la veracidad. “En esto se basa uno de los instrumentos de la ideología de la opresión: en la absolutización de la ignorancia, que se concentra en el extremo donde se ubican los educandos” (Jiménez Ávalos, s.f.).

Características de la educación bancaria de Freire

  • El que ejerce la educación siempre es el educador, mientras que aquel que recibe la educación es el educando
  • Aquel que posee conocimiento es el educador, mientras que aquellos que carecen de conocimiento son los educandos
  • El responsable del proceso educativo es el educador, quien ejerce el pensamiento; los educandos, por otro lado, son los receptores de ese pensamiento
  • El encargado de impartir disciplina es el educador, mientras que los educandos son aquellos que reciben la disciplina
  • Aquel que toma decisiones y establece su elección es el educador; los educandos son aquellos que siguen la elección y la prescripción del educador
  • Quien lleva a cabo acciones es el educador; los educandos son aquellos que ilusoriamente creen que actúan, dentro del marco de las acciones del educador
  • El educador es el que selecciona el contenido pragmático, y los educandos, que rara vez son escuchados, se ajustan a esa elección
  • El educador asocia su autoridad funcional con el conocimiento, la cual se contrapone directamente a la libertad de los educandos. Son estos últimos quienes deben conformarse a las decisiones y directrices del educador

Jiménez Ávalos, (s.f.) destaca que esto se debe a que la educación predominante, de naturaleza bancaria, se emplea como una herramienta de control diseñada para subyugar a las masas, dejándolas vulnerables y desprotegidas frente a la clase dominante. Desde muy temprana edad los alumnos hacen a un lado la parte crítica reflexiva para amoldarse con las ideas y textos que se enseñan en una institución educativa y hacen a un lado la búsqueda del conocimiento reflexivo.

Conclusiones

Las tácticas de subyugación adoptan diversas manifestaciones, desde las formas más evidentes y violentas hasta las estrategias más refinadas, incluyendo la demagogia, que figura como una de las artimañas más frecuentes.

En el primer grupo se encuentran la aplicación de la fuerza mediante armas, característica de dictaduras y conquistas, donde se somete a la población de manera coercitiva a través de la violencia física.

Respecto a los sistemas demagógicos, la artimaña comúnmente empleada implica el engaño, la falsedad y el recurso al fraude para consolidar el poder político de las élites gobernantes.

En cuanto a este último enfoque, también puede valerse de métodos complejos para influir en la voluntad de la gente, imponiendo modelos y pautas de comportamiento ajenos a su identidad cultural, distorsionando los valores y principios propios de cada comunidad.

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